martes, 18 de agosto de 2009

A la escuela


Lía entra a la escuela, el tiempo da pasos cada vez más apresurados y nosotros le vamos persiguiendo, tropezando a veces y otras con mayor diligencia. Sin duda éste es un paso importante, muchas mamás me habían contado que lloraron el día que por primera vez llevaron a su hija o hijo a la escuela, siempre me parecieron anécdotas simpáticas y divertidas. Hoy siento en mi corazón y en la boca de mi estómago algo bastante alejado de la simpatía y la diversión. Mi cabeza da vueltas y vueltas y mi cuerpo se estremece con el tema del abandono, la culpa, la preocupación. Cómo va a sentirse, qué entenderá del asunto, qué tanto va a extrañarnos, y a llorar, cuánto tiempo le llevará estar contenta (por que también es cierto que confío en que ese momento va a llegar) y cómo explicarle, cómo hacer que le sea clarísimo que cada día, siempre, siempre, siempre regresaremos por ella.
Hace unos días fuimos juntas a conocer el lugar, yo la cargaba y me indicó con claridad que la dejara en el piso, así lo hice y desde ese momento no paró, se acercó a los niños, exploró los juguetes, visitó los rincones y se veía confiada, libre y contenta. Eso tranquiliza un poco mi alma. Ayer le contaba, “Lía, vas a ir a la escuela y vas a tener una maestra que se llama Diana”, ella contestó contenta “pa pn” o sea que ahí había pelotas, y “na, na” que había nenas, al rato ya hacía intentos por decir el nombre de su maestra y se veía contenta y señalaba la puerta, que es lo que hace cuando quiere ir a un lugar. Esto también ayuda un poco a calmar mi alma. Sin embargo la incertidumbre flota en el aire y me dificulta un poco la respiración. Ya veremos lo que pasa el lunes, ya pasaremos por otro pasaje difícil, ya lloraremos, nos extrañaremos y lo superaremos, otra vez los tres juntitos.

viernes, 7 de agosto de 2009

Hablando


Hace tiempo que no escribo y es que venimos de una rachita de enfermedades que no nos permiten descansar ni nos dejan un segundo libre, los tres con una gripa espantosa de muchos días y ahora Lía y yo malas de la panza pero bueno, ese no es el tema del que quiero contarles sino la emoción en estos días de oír hablar mucho más a Lía. Hace rato que va creando su propio lenguaje, por ejemplo, dice los nombres de muchos personajes de caricatura, "Mo" es Elmo, "Mi" es mimi, "Titi" es Kitty, "Ph" es Pooh, "Pi" es Snoopy, pero también significa pajarito o fruty loopy, "pa" es pecho, papá, zapato, para referirse a cualquier animal imita el ruido que hacen, "o" es ojo u oso, "pam" es pelota y "am" quiero comer, su palabra favorita es "no" y la acompaña del correspondiente movimiento de cabeza, la dice unas trescientas veces por día; pero de unos días para acá ha comenzado el intento por imitar las palabras que nos oye decir, me di cuenta mientras le enseñaba un dibujo de un pulpo y le decía "este es un pulpo", ella lo tomó, lo observó y dijo "pupo", así va ensayando y dice con relativa claridad "pato", "tapa", "pie", "globo", "uva" y otras, ya no hay un día que no diga una palabra nueva, me emociono y maravillo del proceso, puedo imaginármela en un tiempo cercano hablando sin parar y mareándonos un poco, pienso en la posibilidad de conversar con ella y se me enchina el cuerpo. Bienvenida Lía lorito.
Me queda pendiente contarles un poco de la ida al mar pero mientras les mando auque sea una foto en traje de baño.