lunes, 21 de junio de 2010

El Chico II


Que el Chico sea parte de nosotros es un privilegio, pero con Lía, éste se multiplica y alcanza otras dimensiones. No ha ido muchas veces por que su vida aún es corta, pero las últimas veces que ha estado allá le sirven para hacerlo suyo, para que se emocione, disfrute y quiera volver. Para ella el Chico es pecesitos, es borregos y meter los pies al río, es el perro oso y aventar piedritas al agua, es bañarse en una tina enorme y visitar la casa de los osos. Es juego, pero juego más libre, más independiente, es gatos y subir escaleras, es fuente de los patos que vomitan y kiosco como casita con luz de huevo. Se podría decir que Lía empieza a amar el Chico, tanto que ha traido un cachito a su casa y lo ha puesto abajo de la mesita de su cuarto, así, si un muñeco, un coche o una pelota va a parar a ese lugar, ella dice "se fue al Chico" y a veces le gusta meterse ahí abajo, apretda e incomoda pero con la recompensa de sentir por un momento que está ahí, en medio de la magia del Chico.