miércoles, 27 de abril de 2011

jueves, 17 de marzo de 2011

"Soy el latón vaquelo"



Tuvo Lía una racha de miedo relacionado con los sonidos, no soportaba ruidos medianamente fuertes, incluso se volvió complicado salir a la calle porque los camiones, las motos o los coches viejos la hacían temblar y terminar llorando, ni hablar de subirse al metro, ir al cine o hacer cualquier actividad que implicara altos decibeles. Hace un par de semanas, nos invitaron a un espectáculo de cri cri con la compañía nacional de danza de Bellas Artes, se escuchaba bien y era una oportunidad para enfrentar y tal vez vencer los miedos. El éxito no podía haber sido mayor, permaneció hipnotizada durante todo el show y antes de salir del tatro ya estaba bailando ella "el ratón vaquero", desde ese momento no hemos dejado de escuchar y bailar cri cri todas las tardes.
La semana pasada fuimos con ella al centro, vio un puesto de sombreros en un mercadito y dijo -"como el latón vaquelo", preguntamos si quería uno y entusiasmada dijo que si, su papá y yo buscábamos uno de su tamaño que se pareciera lo más posible a un sombrero vaquero, en eso estábamos cuando dijo -"quielo ese analanjadito". Primero me dio risa, por mi cabeza pasó el tratar de hacerla cambiar de parecer, pero estaba decidida, quería ese, sin duda el menos parecido al del ratón vaquero pero era su elección y era contundente.
Hoy el miedo a los ruidos está superado, nos hemos subido al metro, caminado por las calles ruidosísimas del centro de la ciudad y Lía muestra un gran interés por el teatro, la música, el baile y las canciones aunque sean "un poquito fuelte". Esto nos ha abiero un mundo de posibles actividades que hacer y disfrutar con ella. Gracias a la colaboración de Cri Cri.

martes, 15 de febrero de 2011

Te voy acompañal


Mirando una foto familiar antigua Lía pregunta:
- ¿quién es ese?
- es mi papá Lía
- ¿y dónde está?
- pues... ya se murió
- Si, pelo ¿dónde está?
- (titubeo) está en las estrellitas
- ah, yo te voy acompañal a las estlellitas pala buscal a tu papá ¡eh!

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Un Reno


"Mila mamá, soy un leno ¿veldá?"

viernes, 29 de octubre de 2010

Gatita Negra


Hoy Lía fue disfrazada de gatita negra a la escuela, parte del festejo del día de muertos y en la tarde me dijo:
- Mamá, hoy hablé en la escuela
- Qué bien Lía, ¿con quién hablaste?
- Con Camila
- ¿y qué le dijiste?
- Miau

lunes, 25 de octubre de 2010

Hablar, hablar, hablar.


Algo se traen entre sí Lía y el lenguaje, algo sin duda le pasa a la hijita con las palabras, las hace suyas, las ensaya, las deshace, las cambia y juega con ellas. Inventa canciones incomprensibles, con palabras todas ellas inventadas pero con intención y sentimiento. Pregunta el nombre de cada cosa que no conoce y se lo aprende con facilidad pasmosa. Incluso, cuando no existen las palabras para nombrar lo que ella quiere, las inventa. Así, hoy en la familia un "sudu" es la marquita que dejan en la piel los calcetines o cualquier otra prenda de ropa que apriete un poco y un "Tinu" es una mancha de talco o de polvo que hay que sacudir. Ha puesto nombres a sus changos de juguete "Lin", "Pototó", "Lololo" y "Papaqueque" e incluso a su prima o primo que viene en camino le puso "Palujatos". Le encantan las rimas, las canciones y juega con muchísima frecuencia a cambiar el final de las palabras y a burlarse de los diferentes sonidos. Es curioso que hace una semana estuve de visita en su escuela y su maestra me comentó que Lía no habla; trabaja bien, y coopera con las tareas escolares pero no habla. Primero me sorprendí mucho y me entraron ganas ansiosas de contarle a su maestra todo lo que habla en casa, cómo no hay forma de pararle y su gusto por jugar con las palabras y después, casi de inmediato me entró una sensación de perfecta comprensión y un poco de tristeza, al tiempo que me recordaba en mi propio salón de clases a los 3 o 4 años, sentada y trabajando, calladita, tímida y sin muchas ganas de interactuar la gente alrededor. ¿Será?, ¿un contagio genético?, ¿es el mismo su silencio que el mio antiguo? No lo sé, pero sí sé que es una fortuna escuchar su vocecita clara y agudita sin descanso en casa. Cuando está su papá, yo o cualquier otra persona de la familia, sólo el sueño la hace callar.

lunes, 21 de junio de 2010

El Chico II


Que el Chico sea parte de nosotros es un privilegio, pero con Lía, éste se multiplica y alcanza otras dimensiones. No ha ido muchas veces por que su vida aún es corta, pero las últimas veces que ha estado allá le sirven para hacerlo suyo, para que se emocione, disfrute y quiera volver. Para ella el Chico es pecesitos, es borregos y meter los pies al río, es el perro oso y aventar piedritas al agua, es bañarse en una tina enorme y visitar la casa de los osos. Es juego, pero juego más libre, más independiente, es gatos y subir escaleras, es fuente de los patos que vomitan y kiosco como casita con luz de huevo. Se podría decir que Lía empieza a amar el Chico, tanto que ha traido un cachito a su casa y lo ha puesto abajo de la mesita de su cuarto, así, si un muñeco, un coche o una pelota va a parar a ese lugar, ella dice "se fue al Chico" y a veces le gusta meterse ahí abajo, apretda e incomoda pero con la recompensa de sentir por un momento que está ahí, en medio de la magia del Chico.