lunes, 26 de abril de 2010

Uga y ponerse sóla los zapatos


Ojitos redondos y fijos, abiertísimos, no se percibe su parpadeo, el cuerpo atento, a veces un poquito asustado pero no tanto como para dejar de mirar.
Lía sentada en mis piernas, sorprendida con el teatro, su primera vez en contacto con este arte extraño e hipnotizante.
¿Aguantará?, ¿le gustará?, ¿entenderá? Pues aguantó, le gustó y entendió. Después de 50 minutos de espectáculo, ella quería otro ratito. Al salir repetía lo que vió. "Uga baladilla", "huevo voló", "bañó bubujitas", "se cayó".
Qué placer verla así, qué privilegio disfrutar su asombro ante lo nuevo, ante lo bueno de la vida.
El día de ayer no acabó con eso, de regreso de casa de sus abuelos, en el aburrimiento de un trayecto largo en coche, aprendió a quitarse y ponerse sóla los zapatos, cada vez que lo hacía se emocionaba, se enorgullecía y pedía más, repitió la operación cerca de cuarenta veces.
El fin de semana cerró con su primer baño formal en regadera, ratita flacucha, mojada y contenta que sale y entra a una cubeta hasta dejar molida la espalda de su padre.

lunes, 19 de abril de 2010

Aquí de nuevo


He recibido algunos reclamos, sobretodo de la gente cercana que por ahora está lejos, acerca de la inactividad de este blogg. No sé muy bien por qué lo he suspendido por un tiempo, puede ser que la vida, y Lía de su mano, me rebasan a ratos; ella crece y cambia más rápido de lo que cualquiera podría escribir. Vivo absorta en la observación, sumergida en el disfrute de su belleza y cualquier cosa que escriba será sin duda sólo una foto borrosa y no muy fiel de la realidad; sin embargo, tengo la firme intención de retomar la narración de sus avances, de algunos de ellos.

A forma de resumen puedo compartir qué ha pasado con Lía desde la última vez que escribí. Aprendió a caminar, a hablar sin parar y cada vez más claro, se cambió de nuestro cuarto al suyo y ahora duerme solita, en su espacio, aprendió también a estar contenta en la escuela, a quedarse ahí cada mañana sin llorar y a regresar platicando de sus amigas, amigos, maestras y actividades del día, sabe algunas letras, algunos números y está aprendiendo a comer sóla, a manejar la cuchara y el tenedor cada vez con más precisión y menos batidero y puede prácticamente enjabonarse sóla a la hora del baño.

Le gusta que cantemos juntas, a veces pide "Lía sola" y canta incompleto y hermoso; casi todas las tardes vamos al parque y se sube cerca de treinta veces a la resbaladilla o pasa largos minutos en el columpio, le gusta también elegir cuentos y sentarse a escucharlos en su sillón rojo, se entretiene pintando, cambiando objetos de la casa de un lugar a otro, subiendo a la resbaladilla a todos sus muñecos o sus coches, y sus pasiones actuales más fuertes son: saltar como rana, su papá, comer pelón pelo rico o sandía con miguelito, Rodolfo el reno, bañarse en tina grande en casa de su abuela o en el chico, desayunar hot cakes con miel los domingos y salir de paseo a la feria o a la librería.

Sólo un cachito de quién es Lía hoy, para ponernos al corriente, para recuperar de manera ágil y tramposa el tiempo perdido, para volver a compartirla con ustedes, los que están cerca y sobretodo los que están lejos y guardan en su corazón un pedacito para ella.