jueves, 30 de abril de 2009

Musica adentro


La música estuvo presente desde antes que naciera, durante meses en mi barriga yo le canté diario la misma canción y su papá lo mismo con otra justo antes de dormir. Una vez afuera, en los llantos de los primeros días, muchas veces lograba calmarse oyendo sus discos de guitarra renacentista o arpa barroca. No hay día que haya dejado de escuchar algo de música y hoy oye casi de todo, música clásica, son cubano, flamenco, buenos cantautores, tropicalosa, nanas para dormir y más. Además su día va acompañado de una serie de canciones cotidianas para bañarse, para secarse, para jugar, para dormir (por cierto, hemos recibido severas críticas a las mismas por un grupo de puristas del lenguaje).
Sabemos que lo disfruta, escucha atenta y en general se entretiene, pero de unos días para acá ha comenzado a tomar parte activa. Si en la tele o nosotros cantamos algo que le es familiar y le gusta, entonces canta, nos sigue con su vocecita tarareando y sonriendo. En los mejores momentos incluso baila, sacudiendo su cuerpito adelante y atrás una y otra vez.
Cuando hace eso, me entran unas ganas locas de apachurrarla y comérmela a besos, aunque más bien disimulo y evito el escándalo para conseguir que la acción dure lo más posible.

La foto de hoy no tiene nada que ver con el texto, pero no me pude resistir a ponerla, fue tomada durante el trance nervioso y emocionado al que entra cuando come paleta helada cremosa.

miércoles, 22 de abril de 2009

Un leoncito


Estos días por la casa merodea un cachorro que ruge como león o tigre o dinosaurio y que está aprendiendo a hacer cariñitos o a dar besos (sobretodo a un oso suertudo).
Cada día se transforma y nos sorprende con algo nuevo. Así, imita a su papá en el juego en que su panza se convierte en carretera para un cochecito.
No disimula la cara de orgullo cuando logra hacer sonar sóla la marimba y voltea a vernos buscando una felicitación.
Cada vez que ve a su papá sin camisa pide insistentemente meter su dedito en el ombligo para oír el riiing que le acompaña.
Tiene por juegos preferidos, aventar con fuerza objetos al suelo y meter las manos en el agua.
Se ríe casi de cualquier gracia que haga su padre y puede pasar horas frente al espejo dándose topes "chiquitititos".
Basta con que alguien mencione la palabra agua o de un trago en su presencia para que ella lo acompañe con un aahhh con la boca muy abierta.
Hace ojitos, narices, pon pon tata o tortillitas, aprendió a decir nena y lo repite cada vez que ve una o que yo le recuerdo que sabe decirlo.
La lista seguiría un buen rato y cada día se suman nuevos aprendizajes, nuevos logros que la ponen contenta y nos acercan y nos permiten relacionarnos y entendernos mucho mejor.

jueves, 16 de abril de 2009

Tendencia a la vertical


Es verdad que no es abundante ni muy espesa, más bien es sumamente suave y se mueve con facilidad al menor soplido.
La cabellera de Lía crece poco a poco y no se le ven claras intenciones de aplacarse.
Su pelo cada vez más largo, su peinado cada vez más alto.
La ventaja es que si continúa con esa tendencia a la vertical, en poco tiempo ya no tendremos que sacudir los techos de esta casa.

martes, 14 de abril de 2009

Tunel


Por primera vez un bicho se metió a su cuerpo pequeñito,
por primera vez tuvo que luchar con la enfermedad y ganarle.
Y sí, ya sé que esto es también parte de la vida y que un poco de fiebre y mocos no son demasiado graves.
Pero ha habido muy pocas cosas más graves para mi corazón que sostenerla en mis brazos, débil de fiebre y con los ojitos perdidos. Pocas cosas más angustiantes que su imposibilidad de dormir, su mirada de miedo y su llanto de desesperación.
Por primera vez entramos en ese túnel oscuro y común y finalmente vamos saliendo juntos más fuertes, más cerquita y un poquito más grandes, los tres.

viernes, 3 de abril de 2009

Contrastes


El tema de la clase de hoy fue contrastes y presiento que todo hubiera ido bien si no fuera por que había que experimentar “fuerte y quedito”, al primer grito de la maestra Lía pegó un brinco y empezó a llorar y más o menos así nos pasamos toda la clase en la sensibilidad absoluta ante cualquier ruido que subiera un poquito el tono. La maestra dijo “tiene que ver con la sensibilidad de cada bebé” y sí, no hay duda de su enorme sensibilidad, seguro que esto es más una ventaja que una desventaja en la vida, sólo espero que seamos capaces de ayudarle a manejarla a vivir con ella y a que no se le vuelva un tormento.